-Es... un orto de babuino.- pronunció una chica de pelo morado, más o menos largo,  con la cara pegada a su almohada, dormida.
-Noo, es mi coño rasurado.- Respondió la chica del piso de arriba, ya que se trataba de una litera, que tenía el pelo rosa, extremadamente largo.
-CALLAOS, HOSTIA YA.- Gritó la de más arriba, ya que la litera era de 3 pisos, que tenía el pelo azul, muy largo, pero no más que el de la pelirrosa. 
La peliazul abrió un ojo y a tientas intentaba encontrar su móvil entre sus sábanas. Siempre lo portaba consigo, ya que sus hermanas tenian la costumbre de cotillear sus mensajitos. Por fin pareció encontrarlo y lo encendió. Abrió el otro ojo. lentamente, para ver la hora:
-Son las... ocho...y...-Alterada, se levantó de repente, perdió el equilibrio y cayó al suelo, con su móvil en la mano. El estruendo despertó a sus hermanas.
-¿Ahora haces puenting desde la litera?.- preguntó la hermana de la litera de abajo, encendiendo la luz.
Al encenderse la luz, la pelirrosa y la peliazul se señalaron mutuamente.
-¡COÑO,UNA PUTA!.-gritó la pelirrosa.
-¡COÑO,UNA ZORRA!.-Respondió la peliazul,gritando.
La chica de pelo morado suspiró. 
-¿Por cierto, qué hora era al final, Shini?.-preguntó.
Ésta volvió a alterarse y se derrumbó de nuevo en el suelo.
-Las 8:15.- respondió la peliazul, tapándose los oidos con ambas manos.
-ME CAGO EN TU DESCENDENCIA ¿NO SE SUPONE QUE TE TOCABA A TÍ PONER EL DESPERTADOR?.- Gritó la chica de pelo morado.
-Setsunakute itooshii hodo omoi wa jikuu o koeteeee~.- canturreteó la peliazul, con los oidos tapados, sin escuchar.
La pelirrosa bajó de la litera y se tiró encima de la peliazul, aplastándola.
-¡QUITA TU SUCIO CULO DE BABUINO DE MI CARA, LAAU!.-Gritó Shini, impulsándola hacia arriba.
-¡La increible hulk!.-gritó Laau, en el aire.
-Chicas... no sé si sabéis que ya llevamos dos dias consecutivos sin llegar a tiempo.- dijo la chica de pelo morado, intentando calmar la situación.
Shini apartó a Laau y se levantó, desperezándose. 
-¡Tienes razón, Ichi~!.- gritó Laau, colocándose el uniforme a toda prisa.
En un tiempo record salieron de casa, con una tostada en la mano, a todo correr hacia el instituto.
-Menos mal que estamos cerca, putas.- dijo Ichiko, suspirando, mientras corria con sus hermanas detrás.
Por mucho que corrieron, cuando llegaron a clase, el profesor ya había pasado lista, por lo que se quedaron castigadas fuera del aula. Laau atizó a Shini en la cabeza.
-Más tonta y no naces.- gritó Laau.
-Lo sé.- respondió la peliazul, realizando un "l'oreal"
-Mira, me parece que no somos las únicas que nos hemos quedado por fuera.- dijo Ichiko, señalando hacia la izquierda.
No mucho más lejos habían tres chicos, de un curso superior, en la puerta. Laau y Shini se acercaron, en plan "cotilla's Attack" (?).
-¡Hoooula~!.- gritó Shini, saludando con la mano a los tres chicos.
Eran totalmente distintos cada uno en aspecto físico y al ver la reacción de cada uno, se veia perfectamente lo diferentes que eran psicologicamente. El chico más alto, de pelo azul oscuro, largo, cogido con una coleta y ojos oscuros, frunció el ceño, molesto, y dirigió la mirada hacia otro lado. El chico de la mitad, de pelo rojo y ojos verdes, se acercó a Shini y la saludó. Mientras el más bajito, de pelo gris, con una marca roja que atravesaba su ojo izquierdo y de color azul claro, dirigió una sonrisa a las tres.
Shini dirigió la mirada hacia el chico que tenía delante, el pelirrojo.
-¡STRIKE!.-gritó éste, mirándola perdidamente.
-¡STRIKE!.-repitió ésta, mirándole.
El chico pareció salir del encantamiento y tosió, volviendo a su posición original. entonces volvió a mirar los ojos azules de Shini.
-¡Yo soy Lavi!.-dijo, enérgico.- El que véis allí.-dijo, señalando al chico de pelo gris.- es Allen
 
-Encantado.- dijo, dirigiendo una sonrisa, primero a Shini, después a Ichiko y por último se paró en los ojos grises de Laau y le dirigó una sonrisa encantadora.
-Y la rapunzel.- dijo, finalmente, señalando al chico de pelo azul largo.- Es Yû~- pronunció, sonoramente.
-¡KANDA!.- se apresuró a decir éste, mirando con cierto fastidio a las tres chicas. Echó una última ojeada a Ichiko, clavando su mirada de enfado en los ojos verdes de ésta y se dió la vuelta.
-Pues... ¡Encantadas!.- gritaron las tres, sonriendo.
 
 
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